Monica Guilera y Albert Vilardell finishers en la Joan Jubany
Mónica Guilera hace historia en la Joan Jubany al ser la primera corredora que termina este reto, que algunos ya lo conocen como » la bestia negra «. Albert que ya conoce muy bien la zona, es el corredor que más veces ha participado en la JJ. Ayer estuve hablando con ellos y puedo asegurar que es el duo perfecto. La sincronización perfecta para afrontar un reto como este
E: Mónica, que es lo que te hizo participar en la Joan Jubany?
M: Conocí este reto porque tengo un paciente que se llama Pau Llopart que participa en carreras de montaña y me dijo que había encontrado un reto perfecto para mí. Me la miré pero yo en esos momentos tenía otros proyectos. Al cabo de unos días conocí Albert quien ya estaba entrenando la JJ y me convenció para que yo la hiciera con él. Hace un año la intentamos y tuvimos que abandonar porqué la metereología no nos acompañó
E: Que os ha parecido la dureza de la ruta?
M y A: Para nosotros son los 57 km más duros a los que nos hemos enfrentado. Hemos participado en otros retos en el Pirineo y en los Alpes y sí que puede haber algún tramo de extrema dureza, pero ese es debido al frío o el clima, pero como te digo son puntuales. En cambio aquí la dureza es constante, el terreno en sí, estas con mucha tensión y durante muchas horas, subiendo y bajando, son muchas cosas que influyen. A día de hoy, en nuestro currículum, la verdad es que es incomparable con otra. (Albert ya dijo en su día que es una travesía extrema)
E: El tramo más fácil y el más difícil
M y A: Para nosotros la parte más difícil sería el tramo 3 pero como es una zona a la que le dedicas mucha atención no te desgasta tanto como parece. En cambio hay bajadas que te pasan factura porqué como corredor esperas una cierta desconexión, pero bajando te das cuenta que tienes que seguir igual de concentrado. Es una circular exigente de principio a fin. La parte más fácil serían los últimos diez kilómetros, aún así con alguna sorpresa que uno a veces no se espera (añade bromeando Albert y la Mónica sonriendo me maldice)
E: En ningún momento pensaste abandonar Mónica?
M: Mi teoría siempre ha sido que porqué hay que abandonar si siempre se puede dar un paso más? Un paso trae a otro y así los kilómetros que haga falta. Nunca me doy por vencida. Soy de las que pienso que siempre se puede dar un paso más
E: Es la prueba más dura que habéis hecho?
M: Para mi, sin duda, es el reto más duro en el que he participado desde que soy corredora de montaña
E: Habrá más Joan Jubany para vosotros en un futuro?
M y A: Hombre mañana no! (sonríen) pero que volveremos si porqué sabemos que lo podemos hacer mejor
E: La Joan Jubany en pocas palabras..
M y A: Dureza por belleza. Para nosotros lo más bonito fue la salida del sol pero también todas las lagunas ya que estas siempre se aprecian desde lo más alto. Normalmente en carreras de montaña esas se ven desde mucho más abajo. Es una circular para disfrutarla ya que aprecias paisajes preciosos, es muy salvaje, es placer extremo. Es muy atractiva, dura pero bella a la vez. Pudimos ver rebecos, muflones, marmotas, incluso una perdiz blanca que son difíciles de ver..
E: Queréis dar algún consejo a otros que vendrán?
M y A: Solamente que la gente no se fíen de que es una cosa fácil. Esto no es carros de foc, cavalls del vent, que no cojan esta referencia. Esto son 57 km concentrados en dureza por la tanto aconsejo a que la gente antes de hacerla vengan y hagan algún tramo, a que la conozcan, a que la estudien. Es una travesía que se tiene que tocar, que palpar, porqué uno lo puede ver de una forma y otro de otra. Hay que tener tres habilidades; orientación, resistencia y una preparación psicológica más grande que cualquier carrera que hayan hecho antes. Aquí uno va con mucha tensión con lo cual la concentración es extrema durante muchas horas y en altura con lo cual te va absorbiendo mentalmente. Todo lo que nosotros hemos hecho se hace y se puede hacer en solitario pero en la JJ es más difícil hacerlo solo y a la vez es más expuesto. Por lo contrario si sois dos la cosa cambia ya que si uno tiene un bajón, algún tipo de lesión o simplemente esta agotado, es cuando su compañero le podrá ayudar. Si uno va solo toda esa preparación se multiplica. Aquí no puedes venir con las manos en la cabeza, hay que venir con los deberes hechos. Muchos van a pensar que son solo 57 km pero si vienen con esa mentalidad se van a equivocar. Recuerdo que con Mónica hemos tardado 27h 15min y el año pasado con Albert Herrero tardamos 19h 23min. Aquí no se regala nada de nada, no hay un metro gratis; piedras que se mueven, tarteras de piedra, y cuando no, hierbas que pinchan. Es una prueba para corredores de larga distancia que puedan estarse aquí veinte horas (más o menos eso ya depende de cada uno) pero esos tienen que tener la característica de moverse muy bien por terreno alpino. El corredor que venga y pregunte el tiempo de la milla vertical esta equivocado. Pienso que el que suba rápido el Monteixo más adelante le pasará factura. Otro punto importante es el agua, ya que escasea mucho (solo hay antes del Medacorba, Aresta y entre Sotllo y Baborte) y la hidratación es fundamental en esta prueba. Ya por último, hay que tener mucha precaución con la metereología porqué a nosotros nos pilló una tormenta de agua, nieve y rayos en setiembre del año pasado en el tramo 3 y tuvimos que bajar lo más rápido possible. Aún así es un reto precioso, mágico y que si uno lo logra entenderá el porqué..
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