Enric Llonch | La meteorología pasa factura a Mònica Guilera y Albert Vilardell durante la travesía Joan Jubany
Alpinista i corredor d'ultrafons.
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La meteorología pasa factura a Mònica Guilera y Albert Vilardell durante la travesía Joan Jubany

Las previsiones del tiempo no eran las más indicadas. Aún así Mònica y Albert decidieron intentar la Joan Jubany. Era la primera vez que alguien lo intentaba durante el mes de setiembre y al mismo tiempo que una fémina participaba. La Mònica decidió hacerlo en compañía de Albert quien ya sabe que es ser finisher de esta travesía desde el pasado 16 de Agosto. Aquel día Albert la hizo en 18h 23min.

Coincidiendo que ayer domingo tenía una salida al Monteixo con unos amigos, el sábado por la noche tuve la oportunidad de conocer a Mònica y Albert en Àreu.

Esta fue la experiencia vivida unas horas antes según ellos mismos me contaron

Hacía semanas que teníamos pensado venir pero el único fin de semana que teníamos libre era este, el último del calendario para intentar la travesía durante este 2021. La hora de salida ya la teníamos pensada desde hacía días pero aquí, en Àreu confirmamos en que saldríamos a las 12 de la noche de hoy sábado y de aquí empezar a subir el Monteixo. Según me explica Albert uno de los objetivos era llegar a Tres Pics con luz de día ya que aquí es donde hay el último paso técnico de toda la ruta. Al llegar a la cima del Monteixo todo parecía ir bien, así pues empezamos el descenso dirección al Norís. En este punto ha sido donde nos hemos encontrado el primer obstáculo de toda la noche; una niebla muy espesa, que sumando la oscuridad, reducía mucho la visibilidad y esto nos obligaba a ir más despacio de lo previsto ya que teníamos que mirar continuamente el gps para no perder el track. Durante el resto de toda la noche la humedad ha sido muy alta y el tiempo no ha mejorado en ningún momento, todo lo contrario.

Amaneció cuando llegaban en la Cima de Baiau, inicio del tramo 3 y el tiempo parecía empeorar aún más. Explican que aquí es donde teníamos que tomar una decisión muy importante, decidir si nos metíamos en la cresta de Malhiverns o no, una de las partes más expuestas de toda la travesía. Después de unos momentos de confusión, finalmente decidimos intentarlo. A media cresta fue donde empezó lo peor. El clima empeoró rápidamente. De repente y prácticamente sin poder reaccionar, ya que se encontraban en un sitio expuesto, se encontraron con una tormenta de nieve típica de otoño, acompañada de rayos, de una bajada de la temperatura y al mismo tiempo de viento, con lo cuál la sensación de frío era muy acusada. Explican que hemos visto un rayo muy cerca, nos miramos con cara de impotencia y rápidamente nos dimos cuenta que teníamos que salir de allí cuanto antes. La roca estaba prácticamente helada y no podíamos avanzar rápido. Han sido unos momentos de mucha tensión y de la forma que pudimos alcanzamos el collado de los estanys forcats. Finalmente bajamos rápido hasta llegar al refugio de Baiau donde entramos para refugiarnos. Una vez recuperados pudimos bajar por el gr11 hasta la Molinasa y desde aquí a Àreu.

Ahora en el apartamento de Àreu, contándome la experiencia vivida y quedando todo en una simple anécdota la Mònica me dice que si hubiéramos sabido lo que nos venía encima no hubiéramos empezado la cresta de Malhiverns, ha sido terrible. Añade que no pudimos hacer fotos porqué no tuve narices de sacar la cámara y aún tengo pequeñas molestias en los dedos de las manos debido al frío que pase. Por su parte Albert añade que todo ha sido una experiencia más, ya que de todo se aprende y al mismo tiempo te curte pero aún así repetiremos seguro.

De izquierda a derecha; Albert Vilardell, Mònica Guilera y Enric Llonch

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